Esta historia es muy graciosa y nos transmite mucho sentimiento.
Es una familia de conejos que viven en el pueblo de Villaconejos, formada por papá y mamá conejo y sus veinte conejitos, a los que un día llamaron para participar en el concurso de la zanahoria rallada y tuvieron que llamar a la abuela conejo para quedarse tres días con sus veinte nietos.
A la abuela le encantó la idea pero había un problema era muy olvidadiza y no sabía cómo iba a diferenciar a cada uno de sus nietos, ya que eran todos iguales. De repente sacó del bolso unas etiquetas y le dijo a mamá conejo que antes de irse le dijera una cualidad de cada uno para así no tener problemas.
Todos los conejitos se pusieron en fila mientras su mamá le decía a la abuela, éste es un trasto todo lo que toca lo rompe, y la abuela ponía "trasto" y se la pegaba en la oreja, ésta es una tiquismiquis hay que hacerle las cosas con mucha delicadeza y la abuela ponía "tiquismiquis" y así hasta poner las veinte etiquetas.
Papá y mamá conejo se fueron al concurso, la abuela se sentó en el patio a descansar en una hamaca y de pronto se levantó un fuerte viento y empezó todo a volar, hasta las etiquetas, entonces la abuela se preguntó qué cómo iba a reconocer a cada uno de ellos.
No le hizo falta reconocerlos ya se encargaron ellos de demostrarle quien era cada uno.
La abuela se sorprendió del comportamiento tan bueno que habían tenido, y debido a eso vivieron tres días maravillosos compartiendo experiencias inolvidables.
Os recomiendo este libro porque hice homenaje a las abuelas que son tan importantes en nuestras vidas.
que bonito, Corpús
ResponderEliminarEstupendo.
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