ALIMENTACIÓN SALUDABLE
LA DIETA MEDITERRÁNEA UNA FUENTE DE SALUD
Para mantener el organismo humano en perfecto estado de salud, además del ejercicio físico debemos tener una dieta alimenticia sana y equilibrada.
La civilización humana se organizó hace unos 7.000 años sobre el desarrollo de la agricultura y ganadería. Durante generaciones, la humanidad en contacto con la tierra ha sabido extraer de ella los alimentos, en general todas las personas mantenían un lazo más o menos estrecho con las fuentes de las alimentación, tipos de alimentos, faenas agrícolas, épocas de recolección, aprovechamientos y temporadas de consumo.
En la actualidad, las sociedades más avanzadas se han tecnificado, hasta un extremo en el cual muchos de sus niños desconocen el nombre o el origen de los alimentos. Dando lugar a la paradoja extrema de creer algunos, que los alimentos surgen en la estantería del supermercado y a todas horas. Esta ruptura con el origen natural de los alimentos nos lleva necesariamente a volver a redescubrirlos.
En la zona mediterránea donde se ubica Baza se afianzó desde hace unos 4000 años la agricultura tradicional basada en la "tríada mediterránea": cereales, olivar y vid.
Estos productos unidos al consumo de verduras y hortalizas, legumbres, frutos secos y de temporada han ido conformando con el paso del tiempo la equilibrada y sana dieta mediterránea. Realmente estamos hablando de los productos que poblaron las cocinas de nuestras abuelas y comieron con regularidad nuestros padres.
Esencialmente los alimentos de nuestra dieta mediterránea tradicional están formados por los tres siguientes grupos:
En primer lugar los cereales (trigo, cebada, avena, mijo, arroz...) base del pan y sus derivados.
En la zona mediterránea donde se ubica Baza se afianzó desde hace unos 4000 años la agricultura tradicional basada en la "tríada mediterránea": cereales, olivar y vid.
Estos productos unidos al consumo de verduras y hortalizas, legumbres, frutos secos y de temporada han ido conformando con el paso del tiempo la equilibrada y sana dieta mediterránea. Realmente estamos hablando de los productos que poblaron las cocinas de nuestras abuelas y comieron con regularidad nuestros padres.
Por supuesto que no todos los productos alimenticios que conforman la dieta mediterránea estuvieron en ella desde un principio, el descubrimientos de nuevas tierras y el comercio con otros continentes aportaron nuevos y sabrosos alimentos que acabaron complementándola. Desde América nos llegará en el siglo XV el tomate, maíz, patata y de Filipinas en el extremo Oriente el arroz.
Esencialmente los alimentos de nuestra dieta mediterránea tradicional están formados por los tres siguientes grupos:
En primer lugar los cereales (trigo, cebada, avena, mijo, arroz...) base del pan y sus derivados.
En segundo lugar el aceite de oliva (con diferentes zonas de producción y calidad) y las aceitunas de mesa .
Estos alimentos se complementan con las verduras (todas las aquellas
plantas de la huerta que son de hoja verde): lechugas, espinacas, brécol, col, coliflor...) y las hortalizas: tomates, pepinos, puerros, pimientos, zanahorias ... Como complemento final tendríamos una gran variedad de frutos secos y las frutas de temporada.
Dentro de la dieta mediterránea aparece también la vid, cuyo fruto, la uva, ya sea criada en cepa o emparrada, dará origen tras la vendimia de septiembre, al vino en sus diferentes variedades o a la tradicional uva de mesa.
Debemos recordar que el pescado es otro elemento propio de esta dieta alimenticia.
Los cambios tecnológicos modernos y de transporte también han afectado para bien o mal a la agricultura, trastocando las tradicionales campañas agrícolas, lo cual provoca que en las tiendas encontremos hoy día un mismo alimento prácticamente todo el año. Esto ha llevado a la ruptura con la anterior sociedad tradicional, más apegada a la Naturaleza y a las labores agrícolas y ganaderas, y que los más jóvenes desconozcan los productos alimenticios, su origen, producción y los beneficios de su consumo. Habiendo sido sustituidos por una gran cantidad de productos precocinados y preparados de todo tipo, los cuales abundan en saturación de grasas y aceites conservantes de baja calidad.Debemos recordar que el pescado es otro elemento propio de esta dieta alimenticia.
DIETA MEDITERRÁNEA
Volver a recuperar esta dieta tradicional, propia de nuestra cultura, beneficiará no sólo nuestra base alimenticia y con ella una mejor salud, también lograremos incrementar nuestros conocimientos respecto a los tipos de alimentos y su importancia cultural.
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