Alcuín, un Caballero de la Rosa de Plata, va al pueblo de su padre para descubrir cosas sobre su madre, de la que solo sabía el nombre, Mistral. Su padre le dijo que fuera a ver a la elfa Petra, que le dijo que su madre estaba en el Reino de la Noche Eterna.
Fue allí en su dragón, Ojos de Oro, pero cuando llegaron unos minutauros de la oscuridad los atacaron, apresaron al dragón, pero Alcuín se cayó y lo salvó la elfa Selina, que lo llevó a su casa y lo curó.
Cuando despertó, Selina le contó lo que pasaba y decidió que cuando estuviera mejor iría a la ciudad subterránea a rescatar a su madre, pero sin decírselo a Selina. Así que mientras Selina salía al bosque el entrenaba, hasta que Selina lo encontró entrenando y decidieron ir a la ciudad subterránea.
Mientras sus compañeros están yendo a buscarlo porque él no regresaba a la Isla de los Caballeros.
Antes de llegar, capturaron a Alena y Zordán, los que habían ido a buscar a Alcuín. Mientras, este estaba atrapado en una mazmorra rodeado de monstruos, hasta que Selina hizo algo espectacular, empezó a brillar, espantado a los monstruos, después le contó a Alcuín su verdadera historia, que era la legítima reina, pero que su tío le había arrebatado el trono a su madre, y que quería ir a la ciudad subterránea para salvar a la elfa que la había cuidado, Mistral. Alcuín le dijo que Mistral era su madre, y entonces fueron rápido a la ciudad subterránea.
Allí encontraron a el dragón Ojos de Oro y a Alena y Zordán, los liberan, derrotan a los minotauros y salvan a todos los que están allí. Pero mientras lo hacían el tío de Selina encontró lo que buscaba, la Espada de Cristal, con la que dominaría el Reino de la Fantasía, aunque consiguieron arrebatársela. Entonces su tío huyó y fuero a rescatar a Mistral. La encontraron en una celda oscura y mal cuidada, entonces Mistral reconoció a Alcuín. Se escaparon de allí y coronaron a Selina como reina del Reino de la Noche Eterna.
Mientras tanto el tío de Selina fue al reino de las arañas, y le dijo a la reina que los caballeros de la Rosa de Plata le habían arrebatado la espada, ella le dijo que ya no lo iba a necesitar más, que se lo iba a dar a sus arañas.
Fue allí en su dragón, Ojos de Oro, pero cuando llegaron unos minutauros de la oscuridad los atacaron, apresaron al dragón, pero Alcuín se cayó y lo salvó la elfa Selina, que lo llevó a su casa y lo curó.
Cuando despertó, Selina le contó lo que pasaba y decidió que cuando estuviera mejor iría a la ciudad subterránea a rescatar a su madre, pero sin decírselo a Selina. Así que mientras Selina salía al bosque el entrenaba, hasta que Selina lo encontró entrenando y decidieron ir a la ciudad subterránea.
Mientras sus compañeros están yendo a buscarlo porque él no regresaba a la Isla de los Caballeros.
Antes de llegar, capturaron a Alena y Zordán, los que habían ido a buscar a Alcuín. Mientras, este estaba atrapado en una mazmorra rodeado de monstruos, hasta que Selina hizo algo espectacular, empezó a brillar, espantado a los monstruos, después le contó a Alcuín su verdadera historia, que era la legítima reina, pero que su tío le había arrebatado el trono a su madre, y que quería ir a la ciudad subterránea para salvar a la elfa que la había cuidado, Mistral. Alcuín le dijo que Mistral era su madre, y entonces fueron rápido a la ciudad subterránea.
Allí encontraron a el dragón Ojos de Oro y a Alena y Zordán, los liberan, derrotan a los minotauros y salvan a todos los que están allí. Pero mientras lo hacían el tío de Selina encontró lo que buscaba, la Espada de Cristal, con la que dominaría el Reino de la Fantasía, aunque consiguieron arrebatársela. Entonces su tío huyó y fuero a rescatar a Mistral. La encontraron en una celda oscura y mal cuidada, entonces Mistral reconoció a Alcuín. Se escaparon de allí y coronaron a Selina como reina del Reino de la Noche Eterna.
Mientras tanto el tío de Selina fue al reino de las arañas, y le dijo a la reina que los caballeros de la Rosa de Plata le habían arrebatado la espada, ella le dijo que ya no lo iba a necesitar más, que se lo iba a dar a sus arañas.
Me encanta, que buena pinta, com solo leer un par de frases, me entra ganas de ir a la biblioteca a buscarlo y leermelo, en resumen, muy bonito. Ten buena tarde
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