Al día siguiente, el arqueólogo les dijo a los vecinos que había un gran cementerio romano y que empezarían las excavaciones e iban a tener que desalojar a los vecinos de sus casas y que había una vieja profecía que decía que cuando se encontrasen 101 calaveras el cielo y la tierra se hundirían.
A Pakete(protagonista) todo esto le olía mal, ya que hace unos meses una empresa quiso destruir el pueblo para construir hoteles y casinos. Pakete envió a su hermano a que investigase el helicóptero del arqueólogo y encontró una bolsa con una calavera.
Enseguida supo que todo era una farsa y que la empresa de hace unos meses era la misma que la del arqueólogo, se lo contó a su padre, que era policía, investigó el caso y se dio cuenta de que Pakete tenía razón y al final detuvieron al arqueólogo.

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