UN FÁRMACO PARA EL AUTISMO
Estamos más cerca que
nunca de poder conseguir un medicamento que pueda tratar los síntomas del autismo.
Un pequeño pero prometedor ensayo clínico llevado a cabo por la Escuela de
Medicina de la Universidad de California en San Diego (EE. UU.) demostró este
año que un antiguo fármaco de 100 años de edad llamado suramina puede mejorar
de forma considerable los síntomas del trastorno del espectro autista en niños.
El estudio fue publicado en la revista Annals of Clinical and Translational
Neurology y, aunque hay mucho por hacer aún, es la primera vez que estamos tan
cerca de tener un medicamento que potencialmente puede tratar los síntomas del
autismo.
DESCUBREN
UNA MUTACION GENÉTICA CLAVE EN EL AUTISMO
En
un experimento con autistas, un equipo de científicos ha logrado identificar
una mutación genética que ralentiza la actividad cerebral.
El
autismo, caracterizado por
comportamientos repetitivos y problemas de comunicación y habilidades sociales,
es alrededor de 4,5 veces más común entre los niños que entre las niñas. El
inicio de esta enfermedad arranca antes de los 3 años y se manifiesta durante
toda la vida.
Actualmente
no hay cura para el autismo. Sin embargo, un equipo de investigadores de la
Universidad McMaster (Canadá) cree estar un paso más cerca del desarrollo de
fármacos que podrían combatir el autismo desde su raíz, tras identificar cómo
las mutaciones en un gen llamado DIXDC1 perjudican el crecimiento de las
sinapsis e impiden la actividad cerebral.El descubrimiento de esta mutación genética podría conducir a nuevos
medicamentos para tratar el autismo desde su base.
Los
científicos, del Instituto de Investigación de Células Madre y Cáncer y de la
Escuela de Medicina Michael G. DeGroote de la Universidad de McMaster (EE.UU.)
- realizaron un análisis genético de un grupo de individuos con autismo,
identificando una serie de variables en el gen DIXDC1 que obstaculizaban a la
proteína DIXDC1 la labor de instruir a las células cerebrales para formar sinapsis.
Así, esta mutación del gen DIXDC1 reduce la formación de sinapsis, la actividad
cerebral. Más aún, en algunas personas con autismo el gen directamente se
“desconecta”, por lo que las sinapsis permanecen inmaduras y la actividad
cerebral se reduce.
Mientras
que la mutación del gen DIXDC1 solo se encuentra en un pequeño número de
individuos con autismo y otros trastornos psiquiátricos asociados a esta
condición, el equipo comentó que hay otras mutaciones en el gen relacionadas
con el autismo que perjudican el desarrollo sináptico, “por lo tanto, la clave
para un nuevo tratamiento para el autismo será encontrar medicamentos seguros
que restauren el crecimiento y la actividad de las sinapsis cerebrales”.
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